martes, 13 de mayo de 2008

MUROS...


Desde pequeñitos nos encantan…
Entonces los llamamos construcciones y suelen ser de colores.

Son muy importantes, porque “protegen” y además delimitan y definen un espacio.


Gracias a ellos marcamos un territorio, y lo podemos separar de los territorios vecinos. Es genial, porque según los vamos levantando, vamos creando y delimitando nuevos territorios, en los que luego se ejercerá la soberanía de cada cual (normalmente de Uno que manda sobre otros; pocos o muchos según el tamaño y ocupación de ese territorio).


Cada territorio tiene el derecho de exigir a los demás territorios que no le invadan; es decir, de pedir que los foráneos o extranjeros se abstengan de actuar y penetrar en su territorio. Para facilitar el cumplimiento de este derecho, la humanidad, desde tiempos remotos, se ha hecho experta en levantarlos.


Los hay muy grandes, que se ven desde el espacio (por supuesto, espacio exterior).

Otros son más pequeñitos, que se ven desde el corazón…



Se pueden hacer de distintos materiales, pero siempre son muy resistentes…




Y, aunque estamos CONVENCIDOS de su utilidad, no gustan a todos. No sabemos por qué, pero hay gente que se los salta o destruye, en vez de seguir construyéndolos o reforzando los ya existentes, como hacemos la mayoría…



También La Naturaleza los devasta. Y claro, siempre que alguno de ellos cae, tenemos que tener mucho cuidado de que no nos aplaste… porque, aunque todos tenemos claro que sirven para proteger… si nos cae encima nos hace papilla…


No sé, últimamente no lo veo muy claro, a pesar de que ya en la escuela se nos enseñó lo útiles que son…
A lo mejor un día miro un poquito por encima de uno, para ver que hay al otro lado.


A lo mejor…
Maka.

2 comentarios:

JL dijo...

Dichosa tú, que puedes mirar por encima de tu muro.

Será el instinto de conservación el que nos hace fabricar muros, aunque luego nos damos cuenta que terminan por coartar tu libertad e incluso, como bien dices, pueden caerte encima.

Me ha gustado lo de esos muros que sólo se ven desde el corazón...

Anónimo dijo...

No deberían ser necesarios, ya que no creo que sea bueno estar encerrados dentro de ningún tipo de muro...Habría y que romper muros,traspasarlos, derribarlos, mirar por encima de ellos... que nuestro territorio no tenga límites; Mejor: nigún territorio debería pertenecer a nadie, a excepción en todo caso de ese pequeñito que se ve desde el corazón y que nadie tiene derecho a traspasar si no es con tu consentimiento. Así lo veo yo.
Me encanta, tía (mejor sobrina), tu blog.